Ayer fue enterrado en Los Ángeles, California, uno de los mayores artistas que había sobre la Tierra. Michael Jackson no era únicamente el “Rey del Pop”. Era mucho más que eso. Creó un estilo que le hacía único e inimitable (a pesar de la legión de imitadores que existen de él alrededor del mundo).
Cierto es que su personalidad era extrañísima, incomprensible para muchos de nosotros. Era un niño de 50 años. Dicen que todos tenemos un niño dentro, pero él lo tenía demasiado desarrollado. La locura de mantenerse siempre joven y aniñado es lo que le llevó a realizarse más de 10 operaciones de nariz y otras tantas para cambiar la pigmentación de su piel. Siempre tuvo el temor de ponerse enfermo, y tomaba unas precauciones desmesuradas.
Muchos, entre ellos yo, lo verán como un loco. Pero… ¿se puede ser un genio sin estar loco en cierta forma?
Sus amigos lo han despedido en un memorial lleno de momentos emotivos, pero me quedo con las palabras de su hija, Paris, que tomó el micrófono al final del acto para decir: “Era el mejor papá del mundo”. Esperemos que esos niños que deja puedan tener una vida lo más “normal” posible, ahora que ya no tienen la “superprotección” de su padre.
Habrá gente que se quede con las acusaciones que se le hicieron de pedrastia (recordar que en el juicio celebrado salió inocente), pero yo me quedo con que fue nominado 2 veces al premio Nobel de la Paz, entre otras cosas.
Descanse en paz… Michael Jackson, Rey del Pop.
We are the world...
Publicado por ACD a las 20:39
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario