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Osvaldo, un hombre bueno


5:30 de la madrugada, Gran Vía, Madrid. Tras una noche de cañas, tapitas, más cañas, más tapitas, risas, unos bailes, más risas… llegó la hora de volver a casa.
Es difícil encontrar un taxi en la Gran Vía a esas horas, pero ese día no se dio especialmente mal. Tras un par de minutos de espera… Osvaldo (es el nombre que usaré para el taxista de la historia, aunque puede que no fuera su nombre real) se detuvo para recogerme.

Tras el típico “buenas noches, ¿dónde le llevo?” la conversación comenzó de la segunda manera más típica en la que podía comenzar (aunque nunca superará al magnífico “se ha quedado buena noche”). “¿Cómo fue la noche? ¿Había mucho ambiente?” preguntó Armando. Tras contarle el motivo de que un Miércoles por la noche estuviera por allí a esas horas (la cena de despedida del curso del ICEX, que acabó sin destino para mí, por cierto…), Osvaldo tuvo un flashazo y le vino la cara de sus niños a la mente. Parejita, médico e informática, nada menos. A partir de ahí comenzó una entrevista de 10 minutos, en la que yo era el periodista y él el entrevistado.

El testimonio que en esos 3Km. me dio sobre su familia, los motivos de trabajar en el mundo del taxi (siendo médico él también en Ecuador), es impagable. Pocas personas me han hablado con tanto cariño de su familia y de lo orgulloso que estaba de sus hijos, por los que trabajaría 25 horas al día si hiciera falta. Estoy seguro de que a la hora de despedirnos, ambos sentíamos la misma emoción.

Por eso, quería dedicarle este pequeño párrafo a un HOMBRE BUENO. Osvaldo… ojala que si no nos volvemos a ver en el taxi… es porque has podido volver a tu tierra.

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Canción de la semana (XLI)

La canción de esta semana es la del grupo británico "The Editors", procedentes de Birmingham. Es un grupo de música Indie con un sonido que recuerda mucho a los Depeche Mode. El vídeo es bastante curioso, así que espero que os guste. ¡Feliz semana!



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La morenita


El Lunes, la pequeñaja de la casa cumplió 21 tacos. Pero recuerdo como si fuera ayer cuando cumplió 1 día de vida. Hay que decir que puede sentirse afortunada de haber permanecido en la familia tantos años, porque fueron más de 1, 2 y 3 veces las que se planteó su “devolución a las monjitas”. Y no porque sus 4 pelillos estuvieran mal peinados, que también. Sino porque daba más guerra que la Esteban con su Andreíta.

Hubo rumores en la época de una (presunta) reunión secreta del Señor Ratón Pérez y Melchor García, como representante de los Reyes Magos de Oriente para estudiar cómo llevar toneladas de carbón a Ramón Pradera. Tras los 2 primeros Kg. enviados… se desestimó la propuesta.

Los primeros años transcurrieron entre decir “papá” y mordisco al canto, entre primeros pasitos y autógrafo en el sofá, entre canción del “pajalito-lito-lito” y lloros por (presuntas) agresiones del tato…

Pero todo esto nos trajo la alegría a la casa. Había tardado mucho como para devolverla a las monjitas a la primera de cambio.

Con los años, las trastadas siguieron, evolucionando hacia la magnífica “edad del pavo”. Véanse recortes de faldas y (presuntas) clases de repaso de matemáticas los viernes por la tarde.

Por supuesto, esto no son más que anécdotas que nos sacan una sonrisa cada vez que lo recordamos en casa. La pequeñaja de 21 tacos de 2009 es el orgullo de la familia. Universitaria con su carrera como farmacéutica más que encarrilada, mi mejor compañera de piso y mejor amiga (y mejor amiga de mis amigos). No conozco a nadie que me hable mal de ella y no me diga la, ya manida, frase “tu hermana es la caña, tío”. Y ¡¡¡que se atrevan a hablar mal!!! Jeje.

Para la peque, la morenita, la ratita, mawy, mag, petarda, la parda, peloncilla, la tata, mi hermanita… va este homenaje en el (presunto) día de cumple.

FELIZ, FELIZ NO CUMPLEAÑOS!!! PARA MÍ? PARA TÚ! QUE LOS PASES MUY FELICES Y AHORA SÓPLALE A LA LUZZZZ!!! FELIZ FELIZ NO CUMPLEAÑOS… A TÚ!!

Un beso de tu hermano que te quiere…

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La bióloga valiente


Tras no sé cuántos días con este pequeño espacio más que olvidado… hoy me he decido y ¡¡vuelvo a escribir!!

Pido perdón por agotar vuestra paciencia al entrar y ver una y otra vez la canción de Calamaro. Espero que no se repita tanto tiempo de “vagancia escribientil”. Pero aunque no lo haya plasmado en papel… no han dejado de venirme a la mente temas y más temas sobre los que poner unas palabritas. Muchos de ellos nunca verán la luz, porque están más que desfasados, pero otros no pasan de moda, así que tendréis la suerte o desgracia de leerlos próximamente.

Voy a empezar este nuevo curso con un pequeño homenaje a una de las personas que he conocido este verano. Bueno, miento, ya la conocí el verano pasado, pero este año he sabido algo que ha cambiado mi concepto sobre ella, o mejor dicho, que ha ratificado la buena impresión inicial que me causó.

Quizá nunca lo lea, porque no tengo ni siquiera su dirección para mandárselo, y aunque la tuviera… no lo haría, sinceramente. Pero quiero que quede aquí esta reseña para que vea que la gente valiente… siempre tiene su espacio, aunque sea en los blogs pucelanos.

Os comento un poquito su historia. La chica de la que os hablo es una de las personas más optimistas que he visto en los últimos años. Está todo el día con una sonrisa en la boca, con lo que se hace más que agradable mantener una conversación con ella. Se ha sacado la carrera de biología año por año y está muy feliz con su novio, con el que lleva ya un tiempito. Cuando yo la conocí, el año pasado… siempre la vi sentada, pero no le di más importancia, ya que las circunstancias pudieron provocar esas situaciones. Así que me fui de Mazagón (Huelva), de donde es ella, poniéndole el “apodo personal” de la “bióloga simpática”.

Este año volví al mismo lugar, para desconectar del horrible Agosto madrileño y volví a verla y hablar un ratito en el primer día de fiesta. Seguía totalmente igual que como la recordaba, incluso más delgada. Al rato me di cuenta de que ya no estaba con nosotros y pregunté por ella a otra de las chicas del grupo. Y hablando y hablando… me contó la dura realidad que vivía esta chica cada día, y que ocultaba con su sonrisa de oreja a oreja. A sus 24 años, padece Esclerosis Múltiple. Es una enfermedad degenerativa de la que no se conoce cura y que paraliza el sistema nervioso poco a poco. A causa de esta enfermedad, apenas podía mantenerse de pie determinados días (de ahí que siempre estuviera sentada), perdía movilidad en las extremidades e incluso dejaba de controlar las excreciones (ese fue el motivo por el que abandonó la fiesta).

Por lo que me contó su amiga, hace años que todos conocen su enfermedad porque ella se lo contó, y en ningún momento ha querido dejar de hacer una vida más que normal, manteniendo día y noche esa simpatía por la que todo el mundo la recuerda. Como me impactó tanto, y para que una vez más pensemos en el verdadero sentido de la vida y si somos capaces, nosotros sanos, de vivir con la misma alegría que esta chica… aquí queda mi artículo para la “bióloga simpática” a la que a partir de hoy llamaré “bióloga valiente”.

El año que viene… espero verte y que me sigas contando lo bien que te ha ido dando clases a los chavales o lo que quieras contarme, pero con el “sonría, por favor” siempre presente.