Una semana sin escribir es mucho tiempo, pero creedme, no he tenido tiempo ni para sentarme a contar nada. Aún así, se me han pasado muchas ideas por la cabeza para la siguiente entrada. La primera era algo referido a los Oscar, pero ya quedan lejanos, así que lo dejaré para otro momento. Finalmente, he decidido homenajear a un hombre que con su gesto ha representado a toda una sociedad.
Una sociedad harta de coacciones, de insultos, de intimidación, de manifestaciones absurdas, de imposición de una lengua, de miradas de desprecio, de cócteles molotov, de paquetes bomba, de graffiti con dianas, de impuestos revolucionarios, de autobuses quemados, de amenazas de muerte, de pisos francos, de zulos, de amenazas de bomba, de secuestros, de tiros en la nuca, de coches-bomba, de "euskal presoak", de herrikotabernas, de ikastolas, de nacionalismo radical, de falsos demócratas, de izquierda abertzale, de Oteguis, de Arzalluz o María Antonía Iglesias, de Ibarretxes o Spoks, de "chavales de la gasolina", de violencia callejera o "kale-borroka", de Euskadi ta Askatasuna, de "patriotas de Euskalerría", de memeces de los "vascos y vascas", de Gara-Eguin-Ekin-Segi-Aika-Askatasuna-Batasuna-TierrasVascas, de homenajes a asesinos, de entierros vacíos, de pasamontañas, de Zutabes, de 'zipayos', de amonal/cloratita...
...de SILENCIO.
Esa gente algún día explotará, y Emilio explotó con su maza. Poniéndose, por supuesto, en la mirilla de sus "Eusko-patriotas". Hazme un hueco, que yo te acompañaré en esa "mirilla" para que no te sientas solo.
Cansados de estar cansados
Publicado por ACD a las 18:36
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